
Un  grupo de Jóvenes con inquietudes vocacionales a la vida franciscana,  partimos, por iniciativa de la pastoral vocacional a misiones de verano a  la localidad san Juan de la Costa, en las cercanías de Osorno. Fuimos  ocho los integrantes de este grupo: Efraín de Temuco, Patricio de  Cauquenes, Ernesto de Quillota, Claudio y Bernardo de Santiago y Alonso  de San Fernando, además de los hermanos Cristian Eichin y Adrián  Arancibia.


  Este  es el segundo año que visitamos territorio parroquial de esta zona;  fuimos a la comunidad de Pucopío. Esta localidad se encuentra en el  límite de las comunas San Juan de la Costa y San Pablo. Es un sector  tremendamente extenso, pues la población esta dividida entre las dos  comunas. Étnicamente las personas se autodenominan descendientes de  pueblos Huilliches, pero un gran número de ellos  ha  adoptado la Cultura Occidental Moderna, especialmente quienes han  salido a las grandes ciudades a trabajar como empleados domésticos. El  nivel de participación que poseen estas personas, según nuestra  observaciones, es deficiente, sobre todo porque no poseen un lugar de  encuentro propio como comunidad cristiana y por la escasa, o casi nada,  misión permanente que tienen.



  Permanecimos  en el territorio de misión, aproximadamente diez días. Tiempo que  aprovechamos de visitar las casas, compartir la vida y el evangelio con  los habitantes del lugar, a veces trabajar con ellos. Así también,  ocupamos este tiempo para discernir nuestra Vocación Cristiana y a la  Vida Franciscana, a través de lecturas bíblicas escogidas por los  animadores que nos acompañaron, y que trataban las diferentes vocaciones  de los personajes de toda la historia del antiguo y nuevo testamento.


  Sin  duda, que el tiempo de Misión, en medio de la naturaleza y la paz, que  poseen lugares como Pucopio, son un verdadero aporte en nuestro proceso  de discernimiento, pues nos encontramos con elementos fundantes de la  esencia franciscana: el evangelio, la oración, el “sin- propio”, el  trabajo comunitario y la misión.
   
  






Alonso Lizama