Vive el Evangelio y descubre tu vocacion con los Hermanos Franciscanos de Chile.
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
Aspirantes 2010
Edad: 22 años.
Nacimiento: 30 de mayo de 1988, Parral.
Padres: Lucy y José, segundo de tres hermanos.
Estudios: Universidad Católica del Maule,
dos años de pedagogía en religión.
Un año de técnico en enfermería en C.F.T. Massachusetts de Linares.
Pastoral: Parroquia San Francisco, encargado de acólitos.
Pastoral juvenil Parroquia san José.
2-Cristian Sebastián Castillo Guerra.
Edad: 22 años.
Nacimiento: 31 de mayo de 1988, La Serena.
Padres: Rosa y José, mayor de seis hermanos.
Estudios: Universidad de La Serena,
dos años de Administración Turística.
Pastoral: Parroquia Cristo resucitado, Catequista.
Miembro del Movimiento Catecumenal.
3- Juan José Burgos Padilla:
Edad 28 años.
Nacimiento: 11 de Noviembre de 1982, Pitrufquén.
Padres: Juana y José. Menor de dos hermanos.
Estudios: Mons. Guillermo Harti, Pitrufquén.
Técnico Profesional: Contador Público
Pastoral: Participó en una comunidad de la parroquia
Santiago Apóstol de Temuco.
Lamentablemente dos aspirantes que realizaron el proceso no pudieron ingresar por problemas legales y económicos. Esto nos motiva a poner más atención en este aspecto, por tanto en la primera entrevista es preciso indagar acerca de las deudas y bienes que tengan a su nombre, así como también la salud física y psíquica, la experiencia pastoral, la situación de dependencia de su familia y la situación respecto a los estudios.
La edad también es un punto determinante, ya que el aspirantado se cierra a los 30 años y los casos especiales serían de aquellos jóvenes que siendo de Iglesia, hayan postergado el discernimiento por algún motivo justificado, pero no que estén recién comenzando a discernir. Luego de indagar sus motivos se consulta con los animadores vocacionales y el Provincial. Acerca de jóvenes extranjeros, habría que indagar en su situación de residencia y clarificar que las visitas a su familia en caso ingreso no estaría tan claro por el momento.

Por último recordar a los hermanos encargados vocacionales de las fraternidades que tenemos fijada una reunión el día Lunes 6 de diciembre o Viernes 10 de diciembre. Esta se realizará en la casa de formación de Capilla de Ossa a partir de las 9:00 hrs hasta el almuerzo. Esperamos hacer una evaluación de nuestro desempeño y acordar algunas fechas, también informar acerca de lo recaudado en colecta vocacional y el uso que le estén dando.
Nos vemos con el favor de Dios
Fraternalmente:
Hno. Adrián Arancibia
Animador Nacional de CPV
jueves, 28 de octubre de 2010
Misión Vocacional Franciscana - San Juan de la Costa- Enero 2011

Se dice que esta es la comuna más pobre de Chile, la realidad social no es muy buena y lo único que hay en el lugar es la misión, que cuenta con parroquia, internado, hospital y cementerio. Nos contaron que los loncos entregaron a la Iglesia una cantidad de tierras a cambio de los servicios que presta la misión, por tanto se sienten con cierto derecho a exigir más, pero la realidad es que las obras de la misión se financian gracias a una fundación. El último censo estimó que la población es de unos 8000 habitantes, pero los jóvenes emigran en busca de mejor vida, quedando principalmente gente mayor que vive con su pensión mínima. Por esto mismo hay pocos niños y se han cerrado muchas escuelas. Hay altos índices de violencia y analfabetismo (fueron a la escuela, pero olvidan).La religión es católica y evangélica, pero también están llegando machis a revivir los cultos indígenas. La comunidad está bien organizada, y ellos dirigen sus propias rogativas, sin embargo falta mayor participación de la gente. Nos dicen que la gente es acogedora, y que se alegra cuando son tomados en cuenta, pues viven en mucha soledad. Les gusta participar en vigilias nocturnas. El problema que más preocupa es la familia, por tanto esa va a ser la principal temática para la misión, hablar del matrimonio, la educación de los hijos, el respeto por los mayores, la unidad. En segundo lugar se tratará de animar la asistencia a las rogativas y a la capilla, convocando en especial a los confirmados.Las comunidades a misionar son Trosco (no ha habido misión), Purrehuín, Quemeumo y Millahuaimo. Se estará una semana en un lugar, y la segunda semana en otro. Los hermanos misioneros vamos a dormir con carpas en las capillas, llevaremos alimentos para prepararnos, pues por la pobreza de la gente es muy difícil que nos reciban en sus casas. Se visitará un par de casas cada día y se realizará un encuentro por las tardes con la comunidad. Como es criterio de la provincia, se programó un trabajo a tres años, el cual tendrá que continuar con el próximo equipo de Pastoral Vocacional.


viernes, 8 de octubre de 2010
17 de Octubre, Canonización de Camilla Battista, Hna. Clarisa

Princesa santa
Camilla nació en la corte de Varano. Su padre Giulio Cesare de Varano, era el príncipe de Camerino. Transcurrió su juventud entre fiestas, bailes y vida social. Estudió latín, leyes, aprendió a pintar y a montar a caballo.
Creció en un suntuoso palacio. Cuenta en su autobiografía que cuando tenía nueve años, un Viernes Santo escuchó una homilía en la que el hermano, Domenico da Leonessa, pidió a los presentes de derramar al menos una lágrima cada viernes por amor a Jesús. Ella lo tomó como un voto que siguió durante toda su vida.
Intuyó muy joven la vocación a la vida religiosa, pero le costaba aceptarla. Luego decidió abandonarse en las manos de Dios y entendió que Él la llamaba, pero su padre quería hacerla contraer matrimonio. Su nueva lucha fue superar los obstáculos para poder entrar al monasterio.
Así fue como a los 23 años entró al monasterio de Santa Clara de Urbino, uno de los lugares más representativos del movimiento de la observancia.
“Haz señor que con mi vida siempre te alabe, te bendiga, te glorifique y edifique a mis hermanos”, decía la futura santa en uno de sus escritos.
Dos años más tarde Camilla hizo su profesión religiosa con el nombre de sor Battista, junto con otras ocho hermanas de Urbino y así ingresó al nuevo monasterio de Camerino.
Su padre y sus hermanos fueron asesinados en una persecución que sufrió su familia en 1502. Camilla fue obligada a refugiarse en la ciudad de Atri, una pequeña localidad del Abruzzo, en la zona meridional de Italia.
En 1505 el Papa Julio II la envió a fundar un monasterio de clarisas en Fermo, y en los años 1521 y 1522 viajó a San Severino delle Marche para formar las clarisas locales que habían asumido en aquel período la regla de Santa Clara.
Camilla tuvo diferentes experiencias místicas, que se reflejan en los numerosos escritos, y en los cuales revela su ardiente amor por Cristo crucificado.
Murió el 31 de mayo de 1524 durante una peste. “Me has resucitado en Ti, verdadera vida que das la vida a cada viviente”, escribió Camilla. Actualmente su cuerpo está custodiado y expuesto al culto en una cripta dedicada a ella, en la iglesia del monasterio de Camerino.
El milagro ocurrido para su canonización ocurrió en 1877. Se trata de la curación milagrosa de una niña llamada Clelia Ottaviane en Camerino, que sufría de raquitismo. Debido a algunos problemas del postulador anterior, la causa se detuvo durante 100 años. Fue retomada en 1998 y en diciembre de 2009 el Papa Benedicto XVI firmó el decreto en el que se aprobaba el milagro para su canonización.
Las obras de Camilla han sido recopiladas en algunos libros los cuales están siendo reeditados por las hermanas clarisas con motivo de su canonización: "Los recuerdos de Jesús","Los dolores mentales de la pasión de Jesús","Autobiografía", "Instrucciones al discípulo", "Tratado de la pintura del corazón", y "Consideraciones sobre la pasión de Nuestro Señor”.
“Sírvelo por puro amor porque Él es el Señor que sólo merece ser servido, amado, alabado de cada criatura”, dice Camilla en uno de sus escritos.
Queridas Jóvenes:¡PAX ET BONUM!
domingo, 3 de octubre de 2010
Tránsito de San Francisco

Desde ese día pide a sus compañeros que le acompañen con el Cántico y que le trasladen a la Porciúncula, cosa a la que acceden el 28 ó 29 de septiembre.

Llegado a la Enfermería de la Porciúncula, escribe a Giacoma de Settesoli urgiéndole vaya a visitarle con paño ceniciento para amortajarle, cera para la sepultura y su dulce favorito. Antes de partir el mensajero, Giacoma se presenta en la casa con su hijo, su séquito y lo que Francisco pedía en la carta. En atención a la clausura, es preguntado sobre la conveniencia de dejar entrar a la dama: "Que pase, que esa norma no vale para 'fray' Jacoba".Comparte el dulce con Bernardo de Quintavalle, su primer compañero, y manda bendición por escrito a Clara, enferma y temerosa de morir antes que él.El día 30 de septiembre, tras una noche de terribles dolores, pide que le pongan desnudo en el suelo y, cubriéndose la llaga del costado con la mano exclama: “Hermanos, yo he terminado mi tarea. Cristo os enseñe la vuestra” y, obligado por el guardián a vestirse nuevamente, alza las manos y empieza a cantar al Señor, bendice a fray Elías y a toda la Orden y pide que le lean Jn 13: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo...” Pide un cilicio, ordena que esparzan ceniza sobre él, bendice tres panes y manda repartirlos entre los hermanos, manifestando así su comunión con todos. Creía que era jueves.

Murió, desnudo sobre la tierra, como dos días antes había estado, tras haber ordenado a fray León y a fray Ángel que cantaran en voz alta el Cántico del hermano Sol mientras él entonaba, como podía, el salmo 141: "A voz en grito clamo al Señor, a voz en grito suplico al Señor; desahogo ante él mis afanes, expongo ante él mi angustia, mientras me va faltando el aliento..."
En la mañana del 4 de octubre, por miedo a que los perusinos robaran la reliquia, el cadáver de Francisco es enterrado en la iglesia de San Jorge. Pasan por San Damián donde las clarisas, quitada la reja de la clausura, una a una, besan las manos llagadas del santo.
domingo, 12 de septiembre de 2010


La jornada nacional de Aspirantes se realizó en la fraternidad de la Recoleta los días 14 y 15 de agosto, donde pudimos compartir un encuentro de Taizé con la pastoral universitaria, la misa de Fray Andresito y la fiesta de la Asunción. La temática fue la Orden Franciscana en el mundo, vimos el aspecto de la misión con el Hno. Francisco Salgado; la organización, con el Hno. Saúl Zamorano; y los estudios, con el Hno. Jorge Horta. Junto con eso, visitamos el campamento de la Línea con el Hno. Jaime Flores, para llevar alimentos y orar con ellos, lo que impactó muchísimo a los aspirantes. La semana siguiente se realizó jornada local en Valparaíso, donde incluso participó un joven de Iquique, y jornada en San Francisco de Alameda, donde una psicóloga (Ximena) trabaja el aspecto humano con los jóvenes en discernimiento, y los hermanos (Jaime y Luis M.) enseñan el aspecto franciscano.

Por último, contar el trabajo de algunas religiosas, como las hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón, que realizan jornadas vocacionales, tanto de varones y de mujeres de sus colegios, donde nos han pedido ir a dar algunos temas. Las hermanas Clarisas de La Florida, que están realizando grupos de oración de Lectio Divina y retiros vocacionales, donde han pedido nuestra participación y promoción. Incluso la Conferre de Osorno que asiste el Hno. Mario Michelson pidió que fuéramos a darle una motivación para el trabajo vocacional, donde se dio una hermosa reflexión en torno a nuestro testimonio de vida religiosa. De a poco nuestro CPV va prendiendo, y aunque no veamos aún grandes frutos, se ve vida y movimiento que da esperanza. Esperemos que las próximas fiestas franciscanas sean una nueva ocasión para promover esta hermosa vocación. ¡Muchas Felicidades Hermanos!

miércoles, 11 de agosto de 2010
Vocación de Santa Clara de Asís
Quiso Dios que naciera en el mismo Asís y en la misma época que Francisco, trece años más joven que él. Cuando el hijo del opulento comerciante Pedro Bernardone le dio un vuelco evangélico a su vida y revolucionó la ciudad, esta primogénita de la alcurnia de Favarone Offreduccio sintió como una flecha divina en su corazón. Añadamos, en fidelidad biográfica, que la flecha la encontró con su diana vuelta en esa dirección. Desde niña venía formal, piadosa, reflexiva, hasta aficionada a la cruz por amor del Crucificado. Cuando los suyos le buscaron -y repetidamente- partido matrimonial con uno y otro prócer de la nobleza, una y otra vez supo ella decir rotundamente que no, porque -con tanta claridad como la de su nombre- veía que ése no iba a ser su camino (Leyenda de Sta. Clara 4).

Su camino iba a cruzarse con el de Francisco, y sin que lo hubieran buscado desde el principio ninguno de los dos. Aunque, bien miradas las cosas desde lo alto, alguien lo hubiera podido adivinar. En la pequeña ciudad habían ido creciendo dos famas: la del rico y fiestero mercader convertido en un pordiosero alegre y radical, y la de esta dama de la más alta nobleza que vivía para la piedad más que para las vanas grandezas mundanas. Sin que se diera cuenta él, ella lo seguía con los ojos de su admiración; sin que se diera cuenta ella, él intuía la buena novia que sería ella para el nuevo Amor que había encontrado él.
Adelantémonos ya con una circunstancia prologal. Este primer encuentro fue casi fortuito, y a distancia. Y resultó profético. Francisco se había metido a albañil de Dios, y, con sus manos y con el material recogido de limosna, estaba reparando la iglesia de San Damián, próxima a Asís, en un alto recodo del Subasio. Y allí se fue Clara un día con sus trece años adolescentes, acompañada de su hermanita Catalina, a verlo trabajar; quizá, también, por la curiosidad de verlo y conocerlo en acción. Pero la originalidad de Francisco, inspirado por su nueva juglaría divina, cambió aquel momento laboral en histórico. Clara lo rememorará en su Testamento cuarenta y seis años después, cuando la cercanía de la muerte ilumina con relieve los recuerdos imborrables. Merece la pena transcribir sus palabras: «Cuando el Santo no tenía aún hermanos ni compañeros, casi inmediatamente después de su conversión, y mientras edificaba la iglesia de San Damián (...), profetizó acerca de nosotras lo que el Señor cumplió más tarde. Encaramándose sobre el muro de dicha iglesia, en lengua francesa y en alta voz decía a algunos pobres que vivían en las proximidades: "Venid y ayudadme en la obra del monasterio de San Damián, pues con el tiempo morarán en él unas señoras, con cuya famosa y santa vida religiosa será glorificado nuestro Padre celestial en toda la Iglesia"» (Testamento de Clara 2; 2 Cel 13; TC 24).

Cuando escribía eso -y mucho antes-, Clara no dudó de que lo había dicho por ellas, que le oyeron esa gracia; entonces lo tomaría -y nada más- como una encantadora espiritual galantería. Pero en lo alto, desde el punto de mira de los planes divinos, el Arquero había lanzado la primera flecha que iba a unir para siempre aquellos dos destinos.
Pasarían más de tres años para que esas dos vidas empezaran a cruzarse de verdad. Creció Francisco en su nueva familia de discípulos, evangélicamente pobres como él, enamorados como él de Jesús pobre y crucificado. Creció Clara en la madurez opima de su juventud y en la ilusión de su amor virginalmente consagrado. Entre los que siguieron pronto a Francisco surgió uno de la misma estirpe de los Offreduccio, Rufino Scipione, primo suyo carnal; debió ser un fuerte tirón de ella hacia Francisco y su estilo de vida. Cada vez que oía hablar de ellos, o los veía transitar por la ciudad, gozosos y fervorosos mendigos voluntarios, el corazón y los ojos se le iban hacia Francisco, que había sido el imán de aquellas múltiples y sorprendentes conversiones. Y como Francisco se había metido también a predicador, y hasta en el púlpito de la catedral, ella no perdía ocasión de oírlo. Y el Arquero divino lanzaba otros tantos flechazos, suaves, ardorosos, irresistibles: a Clara le latía apresuradamente el corazón con el deseo de encontrarse y conversar con Francisco, para que también a ella la cautivara en el seguimiento total de Jesucristo; y a Francisco se le metió en el alma el propósito -voy a escribirlo con la expresión caballeresca de Celano- de «arrebatar tan noble presa al siglo malvado y conquistarla para el Señor».

Y vino el encuentro personal, se prodigaron los encuentros. Acompañada de una discreta y fiel amiga -Bona de Güelfuccio-, Clara atravesaba una u otra puerta de las murallas y bajaba al valle, hacia la Porciúncula, y allí, por las sendas y entre los árboles, se entrevistaba con Francisco. Aquellos diálogos sobre el Amor menudearon durante más de un año. Si el fuego de los corazones pudiera incendiar la selva, aquella arboleda de la Porciúncula hubiera ardido una y otra vez. Eran dos lealtades que se animaban al servicio perfecto de quien era el único Amor de los dos. En Clara, y a la luz de los consejos lúcidos y férvidos de Francisco, la lealtad virginal a Jesús se fue configurando también como lealtad a Jesús pobre y crucificado, como lealtad a la pobreza evangélica del hermano Francisco.
Y llegó al fin -como en una santa catálisis irresistible- la decisión, el acontecimiento increíble, el escándalo. Domingo de Ramos de 1212. Por la mañana, vestida con sus mejores galas, Clara asistió con el pueblo a la misa solemne de la catedral; aquella liturgia esplendorosa, y con el obispo entregándole llamativamente la palma, ha pasado a la historia con la belleza del primer rito de sus bodas con Cristo. Por la noche, con las mismas prendas suntuosas, se fugó de su palacio en compañía de Pacífica, hermana de Bona, y se dirigió con pies alados a la Porciúncula, donde la esperaban Francisco y los suyos, que iluminaban la senda con antorchas. Y allí, a sus dieciocho años floridos, nació la hermana Clara: cambió su rico aderezo por una túnica pobre como la de sus nuevos hermanos, y Francisco le cortó su hermosa cabellera, y, poniéndole un sencillo velo sobre la cabeza rapada, la consagró como esposa del Señor Jesús (Leyenda de Sta. Clara 5-8). Indescriptible la belleza elemental de aquellos desposorios. Y difícilmente se puede resumir mejor este momento cenital que con palabras de la misma Clara. Apliquémosle en primera persona lo que ella escribió veintidós años después a otra que le copió el gesto siendo princesa real, hoy Santa Inés de Bohemia: «Hubiera podido disfrutar más que nadie de las pompas y de los honores y de las grandezas del siglo. Y lo desdeñé todo, y, con alma entera y enamorado corazón, preferí la santísima pobreza y la escasez corporal, uniéndome con el Esposo del más noble linaje, el Señor Jesucristo» (CtaCla I,2).
El gesto de Clara fue una entrega y una ruptura. Y por aquí vino de inmediato el desgarro y la guerra familiar. Previéndolo, y antes del amanecer, Francisco puso su conquista a buen recaudo canónico, en el monasterio benedictino de San Pablo de Bastia, a cuatro kilómetros de Asís. Pronto lo averiguaron los linajudos y belicosos Offreduccio, los cuales, con el violento tío Monaldo al frente de la tropa familiar, se presentaron en el monasterio, resueltos a reparar el escándalo, decididos a volverla a su casa y a su vida social como fuera. El tío Monaldo le habló, le instó, le suplicó, la amenazó. Fue todo inútil, ante la entereza serena e inflexible de nuestra heroína. Y la razón de la estirpe dio paso a la furia de la sangre, y Monaldo se arrojó a tomar a Clara por la fuerza, pero Clara tuvo más rapidez y mejor valor que él: corrió al templo del monasterio, con sus perseguidores a un paso de sus pies descalzos, y, ya allí, se irguió, puso firme una mano sobre el altar, y con la otra se arrancó de un golpe el velo y les mostró desafiante su cabeza rapada. Sin palabras, con solo el gesto, electrizó y desarmó a los suyos: entendieron que la primogénita de Favarone no les pertenecía ya a los Offreduccio, sino a Cristo y a la Iglesia. Y se retiraron -en otra expresión de Celano- «con su orgullo vencido». Lealtad contra lealtad -lealtad de la sangre, lealtad al Espíritu-, había vencido la de Clara, que demostró en aquel momento crucial lo que iba a mostrar luego tantas veces: un sereno temple indomable (Leyenda de Sta. Clara 9).
Tomado de:
Daniel Elcid OFM: Santa Clara de Asís. La Hermana Clara o la Lealtad.
miércoles, 28 de julio de 2010
Oracion por nuestra vocacion franciscana

“Al oír Francisco que los discípulos de Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastón; ni tener calzado, ni dos túnicas, sino predicar el reino de Dios y la penitencia (40), al instante, saltando de gozo, lleno del Espíritu del Señor, exclamó: «Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica»”. (1C 22)
Francisco escucha el Evangelio del envío de los apóstoles en la iglesia de la porciúncula y se descubre llamado a vivir ese estilo de vida evangélica. Este momento culmina un proceso de búsqueda vocacional, donde finalmente encuentra un proyecto de vida concreto que satisface los anhelos y deseos más profundos que Dios puso en su corazón. Todos nosotros hemos vivido un proceso semejante cuando comenzamos nuestra aventura vocacional, un momento peculiar donde vimos todo claro y nos decidimos. Ese momento de nuestras vidas conviene tenerlo presente para responder siempre a las preguntas: ¿Qué quiero? ¿Qué busco? ¿Qué deseo poner en práctica?

Vivir el Evangelio es la respuesta que encontró Francisco y es lo central en nuestra vocación: “La regla y vida de los Hermanos Menores es ésta, a saber, guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (1R 1). Guardar el Evangelio es la fuente de la cual nace la fraternidad y la vida minorítica, en cualquiera de sus manifestaciones y lugares donde se desempeña. Si bien esto lo sabemos de memoria, es siempre bueno recordarlo y tenerlo como centro de nuestra vida franciscana. De esta forma podemos comunicarlo a los demás en palabras simples y también en actos concretos, ya que es algo que se debe poner en práctica a través de la meditación del Evangelio y en el amor que nos tenemos como hermanos.
Esta vivencia es lo que se debe comunicar a los jóvenes, con la predicación del Evangelio y el testimonio gozoso de nuestra vida, como decía G. Bini, “el mejor medio del Cuidado Pastoral de las Vocaciones es el trato directo de los jóvenes con hermanos felices de su vocación y de su opción como Hermanos Menores”.

En la Porciúncula fue recibida la Hermana Clara de Asís, donde valientemente hizo una opción radical de dejar su casa y consagrarse a Jesucristo. Aquí Francisco recibe a los seglares y destina este lugar a todos los fieles que desean convertirse y encontrar la gracia del perdón. De aquí nace la gran devoción franciscana a la Virgen María, en fin, la porciúncula representa para la Familia Franciscana el lugar sagrado donde Dios ha revelado nuestra vocación religiosa.

Es por eso que en torno a esta fiesta de la porciúncula nosotros como provincia estamos llamados a revisar nuestra vocación, renovar nuestro compromiso y buscar la conversión. Alrededor de esta fiesta estamos llamados a realizar una “Semana Vocacional Franciscana”, una semana de oración por las vocaciones a la vida franciscana, tanto seglares como religiosas, una semana para compartir nuestro testimonio y proyecto de vida, y para pedir la colaboración económica en una colecta por las vocaciones franciscanas.

Los invitamos hermanos a reflexionar y renovar nuestra vocación, a comunicar a otros esta alegría, a celebrar esta fiesta en fraternidad y con el pueblo de Dios. Que no sea tanto una fiesta penitencial donde “ya nadie viene” como dicen algunos, sino que presentémosla también como una gran fiesta vocacional, que invita a vivir el Evangelio en conversión y fraternidad y formar un gran templo espiritual que irradie al mundo.

martes, 13 de julio de 2010
El 19 y 20 de Junio se realizó la jornada vocacional nacional en el convento de Valparaíso.
Participaron 7 aspirantes, Wilfredo de Copiapó, Cristián de La serena, Danilo de Valparaíso, Sebastián y Claudio de Santiago, Cristián de Parral y Juan José de Temuco.
La temática fue “La Madurez Humana” y trabajaron todo el día sábado con Sandra, una psicóloga compañera del hermano Yanko que trabaja en la orientación vocacional con las religiosas del Colegio Blas Cañas. La actividad fue intensa y algunos terminaron cansados y agotados, pero hicieron un muy buen trabajo. La psicóloga nos dio algunas recomendaciones y nos felicitó por tener un buen grupo, que era un privilegio frente a las demás congregaciones en este momento.
En la noche tuvimos una completada y el domingo trabajamos la personalidad a partir del eneagrama, por la tarde dimos un recorrido a la ciudad de Valparaíso y terminamos con la evaluación final. Los jóvenes estuvieron agradecidos de este trabajo humano, encontraron muy entusiasta a la psicóloga y dijeron que había sido una sorpresa, que aunque les había remecido el piso con su cable a tierra, ya estaban más tranquilos.
La acogida de los hermanos de la casa estuvo muy buena, prepararon la comida y las oraciones, con salmodias y cantos acompañados de la cítara. Participaron además los hnos. Cristián y Carlos, animadores de CPV de la zona Metropolitana y Bío Bio. La próxima jornada nacional se realizará los días 14 y 15 de agosto en la Recoleta Franciscana.
Jornada Vocacional Osorno
Los días 26 y 27 de Junio se realizó la jornada zonal de Osorno, la Zona Austral en conjunto con la zona Araucanía. Participaron 6 jóvenes: Efraín Sáez Montero y Juan José Burgos de Temuco, Manuel Aguilera de Angol, Juan R Muñoz de Frutillar, Francisco Bernabeau de Osorno y Manuel Barrientos de Castro.

La temática tratada fue el discernimiento vocacional, el Hno. José habló el día sábado de la “búsqueda vocacional” y el Hno. Adrián expuso el domingo la “vocación humana, cristiana y específica”. El evangelio de ese domingo cayó como anillo al dedo, al hablar del seguimiento radical al maestro. Durante la noche proyectamos una película que trataba de la convivencia de tres hermanas diferentes que recibían una herencia y también recorrimos un poco la ciudad, donde entramos a la catedral y visitamos la tumba de monseñor Francisco Valdés Subercaseaux. También tuvimos por casualidad la visita del obispo de Osorno, con el cual estamos proyectando una misión vocacional en el sector de San Juan de la Costa.

Los hermanos de casa nos acogieron muy bien y el Hno. Abraham nos alimentó y dio su cariño. En la evaluación los jóvenes pidieron tratar temas respecto a sexualidad y celibato y a los cambios de la vida religiosa actual. La próxima jornada de la zona sur está proyectada para octubre en la casa de Monteverde, oremos entonces por estos jóvenes en discernimiento y ojalá se acerquen más.

viernes, 7 de mayo de 2010
Retiro de Aspirantes

El 24 y 25 de Abril se realizó el retiro de aspirantes franciscanos, en la casa de Ejercicios Alvernia, en San Francisco de Mostazal. El grupo de Aspirantes lo conforman aquellos jóvenes que realizan un discernimiento más serio para ingresar al postulantado de la Orden.
En este retiro participaron 6 jóvenes de distintas procedencias, Santiago, La Serena, Copiapó, y Valparaíso. Estuvieron ausentes los aspirantes de Parral y Temuco.

Los temas a tratar fueron la Oración en el Joven y La Oración en el Aspirante, a cargo del Hno. René Pesenti de La Serena; La Oración en San Francisco, a cargo del Hno. Cristián Eichin de la Recoleta; y la Oración en Santa Clara, a cargo del Hno. Nicolás Alfaro, de la casa de formación.

También contamos con la visita del Hno. Ministro Provincial, Fray Rogelio Wouters, quien compartió con nosotros el rezo del Rosario y la evaluación de la jornada.

Tuvimos momentos de oración como las Laudes, la Adoración al Santísimo, el rezo del Rosario, un hermoso Via Lucis durante la noche, y la Eucaristía del Buen Pastor que coincidió con el día de la oración por las vocaciones.
Agradecemos al Señor por este momento fraterno y espiritual que nos concede para discernir su voluntad, y pedimos la oración por el proceso de estos jóvenes.

¡Paz y Bien!
domingo, 4 de abril de 2010
Jornadas Vocacionales de Marzo
Hermanos, con gran entusiasmo realizamos las jornadas vocacionales de marzo.

En Valparaíso se reunieron tres jóvenes y compartieron temas acerca de la vocación en el contexto latinoamericano, a cargo del Hno. Yanko y hermanos de la fraternidad. Hubo adoración al santísmo y participación en la Eucaristía dominical.
En Santiago la jornada se realizaó en la fraterndiad de la Recoleta a cargo de los hnos. Cristián y Ricardo. Participaron cuatro jóvenes, se compartieron diversos testimonios de los hermanos de la fraternidad, que marcaron la acogida y disposición de acompañarles en sus búsquedas y procesos. En la noche se asistió a la Vigilia de oración de Taizé en el cerro san Cristóbal, donde peregrinarion a pie y oraron por los afectados del terremoto.
En La Serena participaron 6 jóvenes de diversas edades invitados por el Hno. René Pesenti. Se compartieron diversos temas acerca de la vocación más el testimonio personal de los hermanos. Se vivió un vía crucis y se participó de las actividades de Domingo de Ramos en la Parroquia san José de la Antena, representando a los apóstoles.
Ésperamos que este mes también tengan sus jornadas las fraternidades que están más al sur, y el último fin de semana de abril tendremos el retiro nacional de aspirantes en la casa de retiro de San Francisco de Mostazal.
Muchas Bendiciones a todos los jóvenes que se atreven a discernir el llamado del Señor en sus vidas.
¡Paz y Bien!